La automatización de procesos logísticos ¿tenemos en cuenta todos los factores intervinientes?

La pregunta sería: ¿sobre qué superficie y cómo pondremos estos “cacharritos” en marcha?

 

Es notable la evolución que ha experimentado la automatización y cómo ésta influye en los rendimientos logísticos. Hace unos años que empezamos a automatizar almacenes, y ahora, estamos en niveles desconocidos de posibilidades y oportunidades. Todo el mundo lo conoce y lo acepta como el camino a seguir y fomentar en el mundo de la distribución y manejo de mercancías.

 

Las mejores pistas que tenemos acerca de qué será lo necesario para mejorar el entorno de la automatización (mejora de los almacenes) vienen de la mano de los propios creadores de robots, vehículos y automatismos. Ellos transmiten al mercado las necesidades para el uso de sus robots o para la instalación de sus complicados sistemas de almacenamiento.

 

Los usuarios, deslumbrados y convencidos de implantar estos procesos, requieren el asesoramiento de especialistas para la construcción o para la adecuación de sus edificios industriales (alturas, pavimentos, redistribución de espacios…)

 

Han sido muy numerosos los proyectos donde MONOFLOOR ha aportado su conocimiento y asesoría para solucionar estas situaciones, fundamentalmente en una de las piezas del puzzle más comprometidas en este momento: el pavimento industrial. Simbólicamente podemos asemejar este cambio a la transformación conceptual de lo que comúnmente se llama “suelo” que ha pasado a ser una “mesa de operaciones”.

 

El primer paso para ello es comprender las famosas “propiedades de la superficie” y cómo afectan cada una de ellas al rendimiento de la automatización: planimetría superficial, brillo, rugosidad, fricción dinámica y estática, resbaladicidad, resistencia a la abrasión, conductividad eléctrica, homogeneidad… En un mismo proyecto se puede requerir el cumplimento de los valores máximos o mínimos de algunas de ellas, o en los casos más complejos, de todas a la vez. Y hay algo importante que no debemos olvidar: deben cumplirse en la totalidad de la superficie.

 

Necesitamos para ello pavimentos con superficies homogéneas (que cumplan con los requerimientos en el 100% del área) y estables o permanentes (que no sufran cambios en el tiempo). Es la única forma de asegurar la operatividad. 

 

 

rcr newsletter oct

Tanto para los ingenieros especialistas como para los constructores, este entendimiento ya supone en sí mismo un reto, pues pone patas arriba el concepto de diseño y especificación tradicional.

El pavimento se ha convertido en un elemento de precisión y las empresas constructoras deben cambiar su concepto tradicional de diseño (fundamentalmente sobre el pavimento) si quieren ofrecer a sus clientes soluciones dentro del sector logístico que atiendan a todas las necesidades.

Esto es fácil de decir cuando se construye conociendo el uso de la instalación, ya que podemos diseñar a la carta. Pero cuando construimos para alquilar el almacén y no tenemos un uso conocido, se complica todo un poco más.

¿Qué estándar de planimetría podremos tomar a priori? ¿necesitamos conocer las propiedades del 100% de la superficie? La respuesta depende de lo que se acepte por parte del inversor/inquilino y seguramente necesitarán algunas actuaciones de adecuación en el caso de que se quiera instalar un almacén robotizado.

Por supuesto si partimos de altos estándares de planimetría de tráfico aleatorio, por ejemplo, menores correcciones deberemos hacer… pero nadie puede garantizar esto aún. Mañana pueden aparecer nuevos robots que precisen una regularidad superficial donde prime un factor (como puede ser la ondulación en pequeña longitud) que nos impida poder asegurar este extremo.

Por ello volvemos al principio de la exposición: la digitalización de las superficies se nos presenta como la única herramienta útil para determinar el análisis en el 100% de la superficie… y de cualquier condicionante por raro que este sea.

La creación de lo que denominamos “HD mapping” donde es posible el análisis de los más complejos requerimientos planimétricos nos presenta una oportunidad única. Así, somos los especialistas los que tenemos que ir respondiendo a las necesidades del sector y reinventando las formas de medición y las certificaciones. Y también, como casi siempre, debemos divulgar esta problemática a través de artículos como éste y abrir las puertas a el mejor entendimiento: esta es la ruta que debemos seguir.  

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